Museo del ferrocarril, un paseo por el tiempo

La historia del ferrocarril vasco descansa en un hangar, el de la vieja estación de Azpeitia, reconvertido hoy en un santuario en el que comparten sitio desde el vagón más antiguo que se conserva en el estado hasta la moderna unidad de tranvía que circula en nuestros días por las calles de Vitoria o Bilbao.
Un paseo por sus andenes permite no sólo ir desgranando la historia de unas vías férreas que en su día vertebraron Euskadi, sino también recordar cómo eran los viejos trolebuses procedentes de Londres que circularon en los años 60 y 70, descubrir los talleres en los que se reparaban los convoyes o hacer un recorrido por relojes y uniformes ferroviarios.

Pero, sin duda, la atracción estrella del museo reside en la posibilidad de realizar un pequeño recorrido en un tren tirado por la locomotora Aurrera, una unidad fabricada en el año 1892 y que prestó servicio hasta 1929 en la línea Elgoibar-San Sebastián.
El tren realiza un recorrido de cinco kilómetros hasta el cercano apeadero de Lasao. En un vagón de madera, se puede comprobar de primera mano las condiciones en las que viajaban los primeros pasajeros, impregnarse de los olores y los sonidos de los trenes de vapor y revivir una época que muchos sólo han conocido por el cine o por las historias que les contaban sus padres o abuelos.
La temporada en la que se ofrecen viajes en el tren de vapor que se extiende normalmente desde Semana Santa hasta Todos los Santos, pero el resto del año el museo también ofrece uno de los más completos conjuntos de máquina-herramienta de Euskadi, a través del antiguo taller mecánico del Ferrocarril del Urola. Esta instalación se conserva tal y como fue inaugurada en 1925, con un antiguo motor eléctrico que hace funcionar sus 16 máquinas a través de un complejo sistema de poleas, correas y embarrados. Además, se organizan exposiciones temporales, cursos y talleres para todas las edades.
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