El ritmo cardíaco, un buen indicador para detectar enfermedades

La frecuencia cardíaca es uno de los indicadores de salud más importantes. Tener las pulsaciones dentro de la normalidad no nos inmuniza frente a las enfermedades, pero sí puede servir de referencia para su detección precoz.
El ritmo cardíaco se ve influenciado por varios factores. Entre ellos, la edad y el nivel de actividad. Por lo tanto, para medirlo debemos estar en reposo. De esta forma, no nos dará resultados erróneos. Entendiendo que en reposo el pulso de una persona mayor será más lento que el de un joven, debemos estudiar cuál es el ritmo cardiaco normal según la edad que tengamos. Así, podremos vigilar nuestra salud o la de nuestro mayor frecuentemente.
El ritmo cardiaco normal se encuentra en una horquilla entre los 50 y 100 latidos por minuto en estado de reposo. Si nuestro ritmo cardiaco se encuentra claramente por debajo de los 50 latidos estamos ante una bradicardia que provoca síntomas como desmayos, palpitaciones o mareos.
Se recomienda acudir inmediatamente a un médico para que realice una valoración sobre la persona y sus antecedentes, así como la actividad física que realiza o ha realizado durante su vida.
Por el contrario, si el ritmo cardiaco se sitúa por encima de los 100 latidos en reposo, se denomina taquicardia. Algunos de sus síntomas son dolor severo de pecho y sensación de agitación. En este caso es importante acudir de inmediato a un servicio de urgencias para una atención temprana y que no se agrave la situación. Si el ritmo cardiaco se encuentra por encima de 150 latidos por minuto, el paciente mayor corre el riesgo de entrar en un paro cardiaco. Por eso, es muy importante actuar con rapidez y serenidad.