El Museo de Bellas Artes presenta una muestra que reúne obra nueva y colecciones existentes

“Interconectadas” es una exposición que pretende poner en contexto los nuevos ingresos recibidos, con parte de la colección ya existente, para generar diferentes “diálogos” entre las obras. La muestra, que podrá ser visitada hasta el 31 de enero, quiere poner en contexto los nuevos ingresos que ha recibido el Museo en los últimos años, con obras que han sido expuestas en contadas ocasiones.
“El objetivo de coleccionar y aumentar los fondos varía según los contenidos de cada museo y, en el caso del Museo de Bellas Artes, se ciñe a su especialización en arte vasco del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, junto con un conjunto pequeño, pero muy ilustrativo del arte español de los siglos XVIII y XIX”, según señala la directora de Cultura, Inmaculada Sánchez, quien ha presentado la exposición junto a la responsable del museo, Sara González de Aspuru.
Entre las donaciones, encontramos las realizadas por los herederos y familiares de los propios artistas, entre los que abundan los retratos de su entorno más próximo. Como ejemplo, el Retrato de Felipa Arraiz, hermana del pintor alavés Clemente Arraiz, pintado por Fernando de Amárica y ahora donado por los descendientes de la retratada. También retratos de los antepasados de los donantes, como en el caso de la conocida saga familiar alavesa de los Ezquerra, en los que varias generaciones han sido pintados por destacados artistas vascos, como Ignacio Díaz Olano, Elias Salaverría o Juan de Aranoa. Otras veces son obras religiosas, de difícil encaje en el modo de vida actual, como la realizada por la familia Valencia Rama de La Última Cena de Mariano Salvador Maella, importante artista y pintor de corte, que se incorpora como nuevo nombre dentro de la nómina de autores.
Tradicionalmente, otra destacada fuente de ingreso para el museo han sido los depósitos temporales, tanto de instituciones museísticas, como de particulares. Este último caso es el de Interconectadas, donde presentamos, precisamente, los nuevos depósitos de varias obras de Ignacio Zuloaga, y los aportados por la familia Otazu, dos retratos de autor anónimo del matrimonio Julián de Zulueta y Juliana Ruiz de Gámiz, así como la conocida obra de Ignacio Díaz Olano, Extraviada.
También figuran legados testamentarios. Se trata de una disposición testamentaria por la que se otorga un bien a otra persona o institución tras el fallecimiento del otorgante, como en el caso del matrimonio Alberto Viana Menchacatorre y Pilar Lizarralde en 2017; de este legado se han seleccionado tres obras para esta muestra, la pequeña tabla de Anticoli Corrado de Mariano Barbasán, el Retrato de Elisa Blanchard Colau de Juan de Barroeta y Retrato de mujer con abanico rojo de Ramón Martí Alsina, un nuevo nombre dentro de la colección del museo que exhibimos ahora por primera vez.
Otra novedad de autoría viene a través de la única obra adquirida en los últimos años mediante compra. Se trata de Recuerdos de La Granja pintada por el andaluz José Villegas, uno de los artistas más valorados de su época. La pintura, fechada en 1903, correspondería a las estancias veraniegas del autor en esa localidad segoviana.