Aritz Ruiz: “Las Aulas son un espacio vital que va más allá de la experiencia académica”

Aritz Ruiz: “Las Aulas son un espacio vital que va más allá de la experiencia académica”

Más de 600 personas, con una edad superior a los 55 años y sin actividad laboral remunerada, han cursado el título universitario en Ciencias Humanas de las Aulas de la Experiencia del campus de Álava, desde su nacimiento en 2001. Su actual director académico, el profesor Aritz Ruiz, explica las características de una formación universitaria que aglutina en la actualidad a más de 200 alumnos y alumnas.

¿Qué ofrecen las Aulas de la Experiencia a los alaveses con más de 55 años?
Se trata de un programa universitario que tiene como objetivo facilitar el acceso de las personas mayores de 55 años a una formación universitaria permanente e integral que contribuye activamente al desarrollo formativo y cultural de este colectivo. La oferta formativa se desarrolla en dos etapas: la titulación en Ciencias Humanas y la formación posterior. Están involucrados más de 20 departamentos y un total de 70 profesores universitarios. Pero, además, una vez cursada esta titulación, el alumnado puede acceder a los Cursos Universitarios para Mayores con la posibilidad de realizar materias optativas, antes no seleccionadas, cursos complementarios, y algunas materias de los grados oficiales. En este momento, más de 100 alumnos y alumnas forman parte de los CUM y, entre ellos, 26 se han matriculado en asignaturas de grado oficial, sobre todo de Historia, Historia del Arte y Geografía y Ordenación del Territorio, donde comparten aulas con el alumnado joven. Disponen de una oferta, que se irá ampliando en el futuro, de 22 asignaturas de diferentes grados. Es un proyecto que invita a ampliar y disfrutar del conocimiento y fomentar las relaciones intra e intergeneracionales.

¿Cómo es el perfil del alumnado?
Con el cambio generacional, también ha ido cambiando el tipo de alumnado. En este programa confluyen diferentes perfiles que son el reflejo de la sociedad alavesa actual, pero es un programa en el que todas las personas tienen cabida. Está el alumnado que en su día no pudo acceder a estudios superiores, los que quieren ampliar conocimientos, e incluso quienes cuentan con una formación universitaria y que ahora desean introducirse o profundizar en las disciplinas humanísticas. Para finalizar con éxito la titulación es necesaria únicamente una asistencia del 80% a las sesiones, aunque el alumnado muestra una participación muy activa. Asiste por placer, por el disfrute de aprender y compartir experiencias en un nuevo círculo de amistades.

Tomó las riendas de las Aulas hace un año. ¿Cómo ha vivido estos meses de mandato?
Acaba de hacer un año que la vicerrectora, Manoli Igartua, me propuso la dirección académica de las Aulas en sustitución de la anterior directora, Puy Fernández, quien había realizado una grandísima labor al frente de este proyecto. Conocía bien el programa porque soy también profesor de una asignatura optativa de introducción a la sostenibilidad, y me pareció un reto atractivo e interesante. Es cierto que la pandemia ha condicionado enormemente estos últimos cursos; nos obligó a reducir el número de matrículas ofertadas, el aforo en las aulas y la aplicación de una enseñanza bimodal (online y presencial). Este curso, hemos recuperado la tan necesaria presencialidad y ahora que ya entramos en una nueva fase de recuperación, queremos volver a las cifras habituales de matriculación y potenciar la organización de actividades complementarias, con el apoyo de distintos agentes sociales. Tenemos una buena relación con la Asociación de Alumnos/as y ex alumnos/as de la Aulas de la Experiencia, ACAEXA, y con su apoyo hemos empezado a organizar diferentes actividades, como el ciclo de conferencias mensuales, que realizamos en el Aula Magna de la Facultad de Letras, abierto a toda la ciudadanía y que pretendemos que se convierta en un foro de debate y encuentro social que permita reforzar nuestro proyecto intergeneracional. Desde nuestro punto de vista, la Universidad debe desempeñar un papel determinante en el avance hacia sociedades más sostenibles, y abiertas a todas las edades dentro de una perspectiva del aprendizaje a lo largo de la vida. Las Aulas de la Experiencia de la UPV/EHU, que cuentan con el apoyo de la Diputación Foral de Álava y la Fundación Vital, son un claro ejemplo de ello y, por tanto, debemos seguir trabajando para que siga siendo un referente en nuestro territorio.

¿Qué es lo que motiva tanto a este alumnado?
La educación tiene una capacidad protectora en la salud, especialmente importante a medida que cumplimos años. Hay quien dice que “envejecemos cuando dejamos de querer aprender” y, sin duda, las Aulas de la Experiencia son una ventana abierta al conocimiento y al aprendizaje, que contribuye al logro de una vida plena. Son, sin duda, un buen factor de protección, un modo de estar activos, de aprender, en una fase de la vida en la que cada vez resulta más complicado establecer nuevas relaciones sociales. Éste es un espacio académico de socialización importante, un aprendizaje vital que va más allá de la propia experiencia académica. Estos son, desde mi punto de vista, los factores que suscitan esta magnífica respuesta del alumnado y donde radica el éxito de este proyecto.

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